Cada día somos más conscientes de los daños que la exposición al sol puede provocar en nuestra piel, principalmente el envejecimiento prematuro y el cáncer de piel. La luz ultravioleta (UV) causa quemaduras solares y daño solar al afectar el ADN celular. Los rayos UVA (onda larga) causan envejecimiento prematuro, mientras que los rayos UVB (onda corta) son responsables de las quemaduras. Tanto el Departamento de Salud de EE.UU., el Ministerio de Sanidad, como la Organización Mundial de la Salud han identificado los rayos UV como carcinógenos humanos comprobados, por lo que deberíamos evitarlos siempre que sea posible.

Una cosa que debemos tener clara es que el sol provoca daños en nuestra piel y no existe un "bronceado seguro". Un bronceado es un signo de daño en el ADN de nuestra piel. El bronceado es el resultado de una reacción química en nuestro cuerpo cuando intenta, sin éxito, protegerse de la luz ultravioleta. Las marcas que venden cremas de protección solar utilizando el término "bronceado seguro" son, en el mejor de los casos, engañosas.

Otra cosa que debemos entender es que, en el peor de los casos, el daño ya está causado y es irreparable. ¡Pero por lo menos no lo empeores! La mayor parte del daño solar se produce en los primeros 20 años de vida. Las manchas de la edad o pigmentación que aparecen en la adultez son resultado de esas vacaciones adolescentes, no solo del bronceado del año pasado.

PROTECCIÓN SOLAR FÍSICA Vs PROTECCIÓN SOLAR QUÍMICA

Ya hemos hablado en otras ocasiones sobre la diferencia entre los filtros físicos y los filtros químicos. Generalmente, se dice que los protectores solares físicos (que muchas marcas de cosmética natural venden como "orgánicos" o "naturales") reflejan la luz ultravioleta, mientras que los protectores solares químicos la absorben. Sin embargo, la verdad es más compleja.

El protector solar físico o mineral, contrariamente a la creencia popular, no es 'natural', 'orgánico', ni 'químico'. Científicamente, los protectores solares físicos o minerales se clasifican como "inorgánicos", siendo los más comunes el óxido de zinc y el dióxido de titanio. Por otro lado, el SPF "químico" es "orgánico". ¡qué ironía! Los filtros químicos son compuestos orgánicos y los físicos, inorgánicos.

Por todo ello, preferimos hablar de protectores solares minerales y protectores solares orgánicos o químicos (aunque estos últimos no tienen nada que ver con la cosmética orgánica, ¡más bien todo lo contrario!). Los protectores minerales crean una "pantalla" que refleja la luz, mientras que los químicos absorben la luz y la transforman en calor (convierten la radiación ultravioleta en infrarroja).

El zinc y el óxido de titanio, los compuestos más utilizados en las protecciones físicas/minerales, no son biodegradables y, en ocasiones, emplean nanotecnología, la cual es cuestionada por organismos de investigación del cáncer debido a sus posibles vínculos con el cáncer en humanos. Por eso, si buscas una protección solar "natural", tu mejor opción serían estos óxidos minerales 'no nanos', es decir, dióxido de titanio u óxido de zinc sin nanopartículas. La desventaja de estos filtros minerales que no están en nanopartículas es que al reflejar la luz dejan una antiestética película blanca en la piel, cosa que evitan los que los contienen nanoparticularizados.

Preguntado el Dr. Marko Lens, autoridad en la investigación contra el cácer de piel y creador de la marca cosmética ZELENS, sobre que protección solar usaría en su hijo, contestó que hoy en día le aplicaría cualquiera de ellas, tanto minerales como químicas y en todo caso le pondría antes una protección solar química que una mineral cuyos minerales estuviesen en nanopartículas. No porque pudiesen ser peligrosos si no porque aún no hay suficientes estudios científicos que lo garanticen.

 DIRECTRICES GUBERNAMENTALES SOBRE LA PROTECCIÓN SOLAR

Los estándares de la FDA son diferentes a los de Europa y Australasia. En los EE.UU., el etiquetado SPF es un requisito porque la FDA considera los protectores solares como medicamentos. En Europa, los protectores solares están clasificados como cosméticos y, por lo tanto, no es obligatorio indicar la clasificación SPF, siendo esta solo informativa.

Además, los fabricantes europeos pueden utilizar siete filtros UVA probados, mientras que la FDA en los EE.UU. solo permite tres, lo que significa que, técnicamente, un producto europeo podría ser más efectivo que uno fabricado en Estados Unidos.

Por otra parte, el SPF solo es relevante para la luz UVB. Para medir la luz UVA, anteriormente se utilizaba el PPD (Persistent Pigment Darkening), pero ahora se considera obsoleto. El sistema PA++, desarrollado en el este de Asia, es otro método utilizado.

Para hablar de protección solar de amplio espectro (UVA y UVB), se deberían realizar pruebas in vitro de longitud de onda crítica que midan la absorbancia de la luz ultravioleta en la piel. Una longitud de onda crítica de 370 nm es lo recomendable buscar en un protector solar. Sin embargo, pocas marcas se molestan en etiquetar esa información.

¿SPF30 o SPF50? ¿QUÉ SPF ELIJO?

Cuando viajáis fuera de la UE (donde están prohibidos SPF mayores a 50), seguramente os habréis encontrado con productos con factores de protección altísimos como SPF 90+ o 100+. Pero, ¿es un SPF 100+ o SPF 90+ realmente mucho mejor que uno con un SPF 30?

La clasificación de SPF mide el tiempo que nos llevaría quemarnos sin protector solar comparado con el tiempo que tardaríamos con protector solar. Debido a que es una escala numérica, es fácil pensar que un SPF 30 es el doble de bueno que un SPF 15, pero esto no es así.

En realidad, es más importante reaplicar el producto cada dos horas que el factor de protección solar en sí. Un producto SPF 15 bloquea alrededor del 93% de los rayos UVB, un producto SPF 30 bloquea el 97% de los rayos UVB y un producto SPF 50 bloquea aproximadamente el 98% de los rayos. ¡La diferencia no parece mucha!

Es decir, la diferencia entre un SPF 30 y un SPF 50 es tan solo de un 1% más de protección. Para pasar del 98% que ofrece un SPF 50 al 99%, tendríamos que usar un SPF 100, lo que implicaría el doble de filtros solares para lograr tan solo un 1% más de protección.

Protección solar SPF

El Factor de Protección Solar o SPF representa un factor de tiempo que retrasa la aparición de una quemadura solar o eritema en condiciones estandarizadas. Por ejemplo, si se produce un enrojecimiento por la radiación UV tras 5 minutos de exposición sin protección, con un producto fotoprotector de SPF 10, este enrojecimiento no aparecerá hasta pasados 50 minutos, en las mismas condiciones de exposición.

La elección del factor adecuado dependerá de las condiciones de exposición al sol, como la hora del día, el lugar (donde la arena de la playa refleja los rayos con mayor intensidad, y la nieve aún más) y la época del año.

Por lo tanto, es crucial buscar un factor que nos permita estar protegidos durante al menos 120 minutos sin quemarnos, ya que se recomienda reaplicar el producto cada 2 horas.

Teóricamente, con un SPF 50, si debemos renovarlo cada 2 horas (120 minutos) debido a que el producto va desapareciendo o perdiendo efectividad, podríamos exponernos a una fuente de UV que sin protector nos quemaría en menos de tres minutos. Sin embargo, es poco común que una piel normal se queme en tan solo 3 minutos, incluso en la nieve.

Independientemente del producto elegido, los expertos recomiendan usar un protector solar resistente al agua y aplicarlo generosamente (media hora antes de la exposición en el caso de los filtros orgánicos, mientras que los minerales actúan inmediatamente). La crema solar debe reaplicarse al menos cada dos horas o después de nadar, secarse o sudar.

En general, se recomienda un SPF 30, y en caso de exposición solar intensa, un SPF 50.

¿POR QUÉ EN ESPAÑA NO HAY SPF SUPERIORES A 50?

En España y en la Unión Europea en general, no se permiten SPF superiores a 50, y tampoco se pueden utilizar términos como "pantalla total". Esto se debe a varias razones.

Una de las razones, como mencionamos anteriormente, es que con un SPF 50, si se debe reaplicar cada 2 horas debido a la pérdida de efectividad del producto, teóricamente podrías exponerte a una fuente de radiación UV que sin protector solar te quemaría en menos de tres minutos. Sin embargo, es poco común que una piel normal se queme en tan poco tiempo, incluso en la nieve.

Otra razón para limitar el SPF es evitar la falsa sensación de estar completamente protegido. Un SPF más alto no significa una protección total contra los rayos UV. La aplicación adecuada y regular del protector solar es esencial para una protección efectiva contra el daño solar.

Estas regulaciones buscan fomentar el uso responsable del protector solar y educar al público sobre la importancia de la aplicación adecuada y la reaplicación regular, en lugar de depender únicamente del número de SPF para determinar el nivel de protección.

UVA y UVB

La diferencia entre los rayos UVA y UVB es a menudo mal entendida por muchas personas al buscar protección solar, ya que tienden a enfocarse únicamente en el factor de protección solar (SPF) alto, creyendo que eso les brindará una mayor protección.

Es importante comprender que el SPF solo indica el nivel de protección contra los rayos UVB, que son responsables de las quemaduras solares y el cáncer de piel. Sin embargo, para garantizar una protección completa, también debemos protegernos de los rayos UVA.

Los rayos UVA, aunque no causan quemaduras solares, son igualmente dañinos ya que pueden provocar fotoenvejecimiento al dañar las fibras de elastina en la piel. Además, son una de las causas del melanoma y otros tipos de cáncer de piel. Es por eso que es crucial buscar un protector solar que ofrezca protección de amplio espectro, lo que significa que protege tanto contra los rayos UVB como contra los UVA.

Cuando busques un protector solar, asegúrate de que en la etiqueta aparezca la indicación de "amplio espectro" y busca el símbolo de un círculo con las letras "UVA" dentro. Esto garantizará que estés protegido contra ambos tipos de rayos solares y reducirás el riesgo de daño solar a largo plazo. Recuerda que el bronceado provocado por los rayos UVA es simplemente una respuesta de defensa de la piel contra la exposición a estos rayos dañinos.

¿PROTECCIÓN SOLAR EN CREMA O EN SPRAY?

Recientemente, han surgido protectores solares en formato de spray en el mercado. Sin embargo, no los recomendamos. La razón es bastante clara: la mayoría de estos productos contienen filtros químicos y su aplicación mediante spray puede plantear un riesgo de inhalación de estas sustancias.

Los filtros químicos presentes en estos protectores solares pueden ser perjudiciales si se inhalan, especialmente si se hace de forma regular. Aunque los estudios sobre los efectos a largo plazo de la inhalación de estos filtros son limitados, es prudente tomar precauciones, especialmente cuando se trata de la salud respiratoria.

Por lo tanto, si buscas un protector solar, te sugerimos optar por las versiones tradicionales en crema o loción. Estas opciones son igualmente efectivas y no plantean el mismo riesgo de inhalación de productos químicos.

¿PROTECCIÓN SOLAR Y EL CABELLO?

La protección del cabello es principalmente una preocupación estética en lugar de una cuestión de salud. Esto se debe a que el cabello, a diferencia del cuero cabelludo, está compuesto por células muertas que forman queratina, por lo que el sol solo puede afectar su apariencia.

La exposición al sol puede provocar la pérdida de lípidos e hidratación en el cabello, lo que resulta en una mayor porosidad y la aparición de las temidas puntas abiertas. Para proteger tu cabello de estos daños, es recomendable usar un sombrero u otros accesorios que bloqueen los rayos solares directos.

Además, una buena nutrición desempeña un papel crucial en la salud del cabello. Incorporar aceites naturales y usar mascarillas nutritivas puede ayudar a mantener la hidratación y la vitalidad del cabello, protegiéndolo así de los efectos adversos del sol y otros factores ambientales. En resumen, cuidar tu cabello con productos adecuados y protegerlo del sol con medidas preventivas puede contribuir a mantenerlo saludable y con un aspecto radiante.

PROTECCIÓN SOLAR EN NIÑOS

Proteger a los niños del sol es fundamental para su salud y bienestar. Aquí hay algunos consejos clave:

  • ·          Cubrirlos y mantenerlos alejados del sol directo tanto como sea posible, especialmente durante las horas pico de radiación solar, que generalmente son de 10 a.m. a 4 p.m.
  • ·          Aplicar protector solar en los niños cada 90 minutos o con más frecuencia si se mojan, incluso si el producto es resistente al agua. Es importante elegir un protector solar específicamente formulado para niños y seguir las instrucciones de aplicación.
  • ·          Prestar atención a áreas del cuerpo que a menudo se pasan por alto, como la parte posterior del cuello y las orejas. Estas áreas son vulnerables a la exposición solar y pueden sufrir daños si no se protegen adecuadamente.
  • ·          Si tienes niños con cabello corto, asegúrate de aplicar protector solar en la parte superior de las orejas y en el cuero cabelludo expuesto. Muchas personas experimentan daños solares significativos en estas áreas debido a la falta de protección.
  • ·          Al elegir un protector solar para tus hijos, considera las preocupaciones sobre la nanotecnología y opta por productos que utilicen filtros solares químicos que sean seguros para su piel. Sin embargo, siempre es recomendable consultar con un profesional de la salud antes de aplicar cualquier producto en la piel de los niños.

Recuerda que proteger a los niños del sol desde una edad temprana puede ayudar a prevenir el daño solar a largo plazo y reducir el riesgo de problemas de salud relacionados con la exposición excesiva al sol.

APLICACIÓN DEL PROTECTOR SOLAR

Para aprovechar al máximo tu protector solar, es importante usarlo correctamente. Aquí os dejamos algunos consejos para usar el protector solar de manera efectiva:

Elige el factor de protección solar correcto: busca un protector solar con un factor de protección solar de al menos 30 o más alto si planeas pasar largos períodos de tiempo bajo el sol.

Aplica suficiente: es importante aplicar suficiente protector solar para obtener una cobertura completa. Asegúrate de aplicar en todas las áreas expuestas, incluido el rostro, el cuello, las orejas y las manos.

Vuelve a aplicar con regularidad: el protector solar puede desaparecer con el tiempo, especialmente si estás nadando o sudando. Vuelve a aplicar cada dos horas, o más a menudo si estás en el agua.

Úsalo todos los días: los rayos UV pueden causar daños incluso en días nublados, por lo que es importante usar protector solar todos los días, incluso en invierno.

Elige el tipo correcto: si tienes piel sensible, un protector solar físico puede ser una mejor opción. Si prefieres una fórmula ligera y fácil de aplicar, un protector solar químico puede ser el tuyo.

Consulta a un especialista: Si tienes dudas sobre qué tipo de protector solar es mejor para tu piel o si tienes alguna preocupación específica relacionada con la exposición al sol, no dudes en consultar a un dermatólogo. Ellos pueden ofrecerte recomendaciones personalizadas y consejos adicionales para proteger tu piel de manera efectiva.

En conclusión, el protector solar es una parte esencial para proteger la piel de los dañinos rayos UV del sol. Al elegir el tipo correcto de protector solar y usarlo correctamente, puedes ayudar a prevenir el daño solar, el envejecimiento prematuro e incluso el cáncer de piel. Así que la próxima vez que salgas al sol, no olvides ponerte un poco de protector solar y disfrutar del aire libre de forma segura.

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