Los efectos de la gravedad en la firmeza de la piel
La pérdida de elasticidad y firmeza de la piel asociada al envejecimiento es un proceso natural resultante de diversos factores. Sin duda, la fuerza de la gravedad de la Tierra empujando las cosas constantemente hacia abajo juega un papel importante en este fenómeno, pero entre las causas de la flacidez de la piel, pero también existen varios mecanismos naturales que contribuyen a cómo reacciona la piel con el tiempo.
Una mejor comprensión de estos factores fisiológicos puede ayudarnos a establecer una rutina de cuidado de la piel adecuada para combatir la flacidez prematura de la piel y lucir más joven.
MECANISMOS BIOLÓGICOS EN JUEGO
La flacidez de la piel, también conocida como "ptosis cutánea", se refiere a la flacidez o descolgamiento de la piel, a menudo debido al envejecimiento, la pérdida de colágeno y elastina o factores genéticos. Puede afectar varias partes del cuerpo, incluido el rostro, los senos, los brazos y el abdomen. El tratamiento para la ptosis cutánea puede variar según su gravedad y la zona afectada. Las opciones de tratamiento pueden incluir cirugía estética, como un lifting facial, así como tratamientos no quirúrgicos como rellenos dérmicos o tratamientos con radiofrecuencia o láser para mejorar la textura y tensión de la piel. Una formulación cosmética funcional que incorpore ingredientes dirigidos a diversos mecanismos de ptosis de la piel también es una solución no invasiva beneficiosa, tanto como tratamiento como medida preventiva.
1. Disminución de la producción de proteínas estructurales de la piel.
2. La disminución de la grasa subcutánea.
3. El debilitamiento de los músculos.
4. Deshidración
1. PROTEÍNAS ESTRUCTURALES DE LA PIEL
El colágeno y la elastina son proteínas esenciales que aportan a la piel firmeza y elasticidad. Con la edad, la producción de estas proteínas disminuye, provocando una pérdida de firmeza de la piel.
El papel clave de la elastina para resistir la gravedad y la flacidez de la piel
La elastina en la piel funciona de manera similar a un muelle, brindando la elasticidad que permite que la piel mantenga su firmeza y estructura, incluso cuando se somete a movimientos y deformaciones temporales como expresiones faciales u otros cambios temporales. Ayuda a prevenir la formación de arrugas y líneas finas preservando la estructura y firmeza de la piel. Cuando somos jóvenes, nuestra piel contiene una cantidad importante de elastina, lo que contribuye a una piel firme, flexible y elástica. Sin embargo, a medida que pasa el tiempo y con el envejecimiento, la producción de elastina disminuye, lo que puede provocar una pérdida de elasticidad y contribuir a los signos del envejecimiento de la piel.
La elastina también participa en el proceso de curación de la piel, ayudando a restaurar la estructura normal de la piel después de una lesión al promover la regeneración de los tejidos.
Tropoelastina: un precursor esencial de la elastina
La tropoelastina es producida por los fibroblastos, que son células encargadas de sintetizarla como precursora de la elastina.
La tropoelastina se ensambla dentro de las células de la piel antes de llegar a la matriz extracelular. En esta etapa, la tropoelastina aún no se encuentra en su forma de elastina funcional. Primero debe pasar por un proceso de conversión. Este proceso implica la unión de moléculas de tropoelastina, formando elastina. Con el tiempo, las moléculas de elastina recién formadas se agrupan para formar fibras elásticas en el tejido conectivo de la piel, especialmente en la dermis.
Además la elastina interactúa con el colágeno, particularmente con el colágeno tipo I, que es el tipo de colágeno más abundante en la piel. Juntos, la elastina y el colágeno contribuyen a mantener la estructura, firmeza y elasticidad de la piel.
El Colágeno
El colágeno forma fibrillas, que son fibras estructurales delgadas, muy parecidas a la estructura de un edificio. Así como la estructura da fuerza a un edificio, el colágeno aporta resistencia y firmeza a la piel. Estas fibrillas se entrelazan para crear una red tridimensional en la dermis, la capa profunda de la piel.
El colágeno puede actuar como mediador en la comunicación celular. Interactúa con otras proteínas y moléculas para regular diversos procesos celulares, incluida la propia síntesis de colágeno.
Esto incluye la autorregulación: el colágeno de la piel se renueva continuamente. Las células producen nuevas moléculas de colágeno para reemplazar las que se descomponen con el tiempo.
En la piel existen varios tipos de colágeno:
- El más abundante: colágeno tipo I.
- Contraparte del colágeno tipo I: colágeno tipo III.
- Colágenos que sostienen y anclan la unión dermoepidérmica: colágenos tipo IV y tipo VII.
- El 'refuerzo de colágeno': colágeno tipo V.
Cada tipo de colágeno contribuye específicamente a la estructura y función de la piel. Interactúan de forma compleja para garantizar la estabilidad, resistencia y flexibilidad de la piel. La distribución y cantidad relativa de cada tipo de colágeno varía en las diferentes capas de la piel, lo que permite una organización estructurada y funcional.
En general todos los productos antienvejecimiento se dirigen a promover la producción de estas proteínas estructurales (colágeno y elastina) pero aquí cobran especial relevancia y efectividad los avances producidos con los péptidos de los que ya hemos hablado en otras ocasiones. Productos como la “Super-Anti-Aging Cream” de la Dra. Barbara Sturm, el “Peptide Complex” de Zelens, los tratamientos de día y noche de Rivoli Genève o los activadores celulares de los serums EGF de Bioeffect son algunos ejemplos.
2. DISMINUCIÓN DE LA GRASA SUBCUTÁNEA
La grasa juega un papel en el mantenimiento de la plenitud y juventud de la piel. La piel madura puede perder grasa subcutánea, lo que puede contribuir a la aparición de piel flácida.
Las explicaciones de este fenómeno son multifacéticas, pero comprenderlas puede ayudar a crear fórmulas "antigravedad" o "engrosadoras" de la piel que se dirijan a estas diversas causas. Por ejemplo, se puede mencionar:
Alteración del metabolismo con la edad.
Este fenómeno puede afectar la forma en que el cuerpo almacena y utiliza las grasas. Una disminución de este metabolismo puede contribuir a la pérdida de grasa subcutánea.
La disminución de la secreción de sebo
Con la edad y en respuesta a diversos cambios hormonales relacionados con la menopausia, a pesar de que el número de glándulas sebáceas se mantiene igual, su tamaño y secreción (sebo) tienden a disminuir. Esto da como resultado una reducción en la producción de lípidos superficiales. La piel puede entonces parecer más fina y menos hidratada.
Distribución de grasa
De particular interés para los especialistas en medicina estética es la modificación de la distribución de la grasa. La distribución de la grasa en el cuerpo e incluso en el rostro cambia con la edad. Algunas áreas pueden experimentar pérdida de grasa, mientras que otras pueden acumular más grasa. Esta redistribución puede influir en la apariencia de la piel, con áreas denominadas "pesadas" que tienden a apelmazar la cara, y otras denominadas "huecas" que potencialmente contribuyen a una apariencia cansada y arrugada.
Productos más ricos que aporten un extra de lípidos y ácidos grasos a la piel tratarán esta disminución de grasa contribuyendo a un mejor estado de la piel madura. Dirigido precisamente a este punto se encuentra el serum “Omega Shiso” de Zelens pero también la mayoría de productos de calidad para pieles maduras. Por mencionar algunas que nos gustan en este punto podríamos hablar de la “Nutrition Intense” de Rivoli Genève, el “Baume 27” de Cosmetics 27 o la “Face Cream Rich” de Dr. Barbara Sturm.
3. DEBILITAMIENTO DE LOS MÚSCULOS
Los músculos subyacentes también sostienen la estructura de la piel. Con la edad, estos músculos pueden debilitarse y contribuir a la flacidez de la piel. El yoga facial o gimnasia facial cobra especial relevancia para abordar este fenómeno y los electroestimuladores como el Theraface también pueden resultar de ayuda en este punto.
4. DESHIDRATACIÓN
La piel madura a menudo tiende a ser más seca, lo que puede acentuar la aparición de arrugas y líneas finas, contribuyendo a que la piel parezca más afectada por la gravedad.
Al perder grosor la capacidad para retener el agua disminuye y se produce una mayor pérdida de agua transepidérmica (TEWL, por sus siglas en inglés). Beber en abundancia y el uso de productos muy hidratantes que aporten agua a la piel combatirá esta deshidratación.
En este punto el ácido hialurónico se antoja como un ingrediente estrella de tu rutina de cuidado de la piel. Serums como el “Hyaluron Intense” de Zelens o el “Hyaluronic Serum” de la Dra. Barbara Sturm son dos de nuestras estrellas.
Pero igualmente efectiva será el tratar el afinamiento de la piel para evitar esta evaporación de agua. Productos como como el “Power Serum” de Bioeffect o el “30 Day Treatment” de la misma marca con KGF (Factores de Crecimiento de Queratinocitos) promoverán la producción de queratinocitos (las células predominantes de la epidermis, la capa más superficial de la piel) engrosando la epidermis y dificultando por ende la evaporación de agua.
En conclusión, al formular una rutina de cuidado de la piel que combine ingredientes específicos que actúan sobre el “efecto gravedad”, la piel madura mejorará su capacidad para luchar contra la gravedad, lo que dará como resultado una menor flacidez de la piel y una apariencia más juvenil.
