Seguramente hayáis oído hablar de las aguas o lociones micelares sin saber muy bien qué son y cómo funcionan. Pues bien, hoy vamos a intentar explicaros en qué se basan estos limpiadores que cada vez ganan más adeptos.

Las lociones micelares son limpiadores de base acuosa que se basan en unas moléculas llamadas micelas. Las micelas son unas partículas tensioactivas organizadas en esferas con una estructura bipolar: poseen un polo hidrófilo (atrae el agua) y otro lipófilo (atrae la grasa). Gracias a esta estructura bipolar de las micelas, por un lado atraen el agua y por otro la repelen, las lociones micelares eliminan del rostro lasimpurezas oleosolubles como las secreciones sebáceas o los restos de máscara de pestañas y, al mismo tiempo, eliminan las impurezas hidrosolubles como las secreciones sudoríparas. Todo ello de una forma sumamente suave y sin agredir la piel.

Como sabemos el agua es incapaz de retirar los residuos oleosolubles por lo que hasta ahora era necesario el uso de algún tipo de limpiador o bien en espuma o gel o bien en emulsión.  El caso es que con las espumas o geles limpiadores, debido a sus componentes tensioactivos, el pH de nuestra piel se ve alterado quedando este más alcalino y haciéndose necesario aplica tras la limpieza algún tipo de loción tonificante que recupere el pH ligeramente ácido de la piel. Por su parte, con las emulsiones o leches limpiadoras muchas veces lo que sucede es que estas pueden dejar un residuo ligeramente graso en nuestra piel que podría dificultar la penetración  de los tratamientos que apliquemos a continuación, como serums o cremas.

Así pues, las lociones micelares parecen presentarse como una alternativa a estos sistemas de limpieza tradicionales al realizar una limpieza sin resecar y al mismo tiempo sin dejar residuos grasos en la piel, siendo una opción óptima para todo tipo de piel y en especial para las pieles más sensibles e irritables ya que eliminan las impurezas y desmaquillan de forma muy suave, sin irritar ni producir escozor.

Su modo de aplicación muy sencillo. Simplemente debemos impregnar un algodón o disco desmaquillante con la solución micelar y aplicar en la piel con pequeños toques. No necesita aclarado y tampoco la aplicación de una loción tonificante posterior.