La alopecia androgénica es el tipo más común de caída progresiva del cabello. También se la conoce como calvicie de patrón masculino o simplemente calvicie común. Afecta aproximadamente al 50% de los hombres mayores de 50 años y aproximadamente al 50% de las mujeres mayores de 65 años. En las mujeres, aunque suele ser menos severa la gravedad varía, puede presentarse como una caída generalizada del cabello, pero en algunos casos puede provocar una calvicie total.

 ¿Qué causa la alopecia androgénica?

La alopecia androgénica es causada por una combinación de factores genéticos y hormonales. La dihidrotestosterona (DHT) es la principal hormona responsable de la alopecia androgénica en individuos genéticamente susceptibles. La DHT provoca la caída del cabello en el cuero cabelludo al inducir un cambio en los folículos pilosos del cuero cabelludo. Los pelos producidos por los folículos afectados se vuelven progresivamente más pequeños en diámetro, más cortos en longitud y de color más claro hasta que finalmente los folículos se encogen por completo y dejan de producir cabello.

¿Es hereditaria la alopecia androgénica?

Sí. Se cree que la susceptibilidad genética a esta afección puede heredarse de uno o ambos padres.

¿Cuáles son los síntomas de la alopecia androgénica?

La alopecia androgénica afecta a los hombres antes y con mayor frecuencia que a las mujeres. Los hombres generalmente se dan cuenta de la caída del cabello en el cuero cabelludo o del retroceso del cabello, que comienza en cualquier momento después de la pubertad. En las mujeres, la edad de aparición es más tardía en comparación con los hombres, y suele ocurrir entre los 50 y 60 años. Ocasionalmente, la alopecia androgénica en mujeres puede comenzar antes, entre los 30 y los 40 años. En algunas mujeres, esta afección puede estar asociada con un exceso de hormonas masculinas, como en el síndrome de ovario poliquístico (SOP).

¿Cómo se detecta la alopecia androgénica?

La alopecia androgénica se ve diferente en hombres y mujeres.

Los pelos en las áreas afectadas tienen inicialmente un diámetro más pequeño y más cortos en comparación con los pelos en las áreas no afectadas antes de que desaparezcan. En los hombres, el patrón habitual de pérdida de cabello es un retroceso y pérdida de cabello en la parte superior y frontal de la cabeza. En las mujeres, la pérdida o afinamiento del cabello ocurre típicamente en la coronilla del cuero cabelludo, con preservación completa o casi completa de la línea frontal del cabello.

¿Cómo se diagnostica la alopecia androgénica?

El diagnóstico generalmente se basa en la historia, el patrón de pérdida de cabello y los antecedentes familiares de un patrón similar de pérdida de cabello. La piel del cuero cabelludo parece normal al examinarla. Ocasionalmente se pueden realizar análisis de sangre.

¿Cómo puedo tratar la alopecia androgénica?

No existe cura para la alopecia androgénica. Sin embargo, la progresión de esta afección tanto en hombres como en mujeres tiende a ser muy lenta y abarca varios años o décadas. Una edad de inicio más temprana puede predecir una tasa de progresión más rápida.

Si no estás dispuesto a una intervención quirúrgica de transplante capilar, hoy en día existen productos de uso tópico y orales destinados a evitar esta miniaturización del pelo al inhibir la dihidrotestosterona (DHT) más allá del famoso minoxidil que puede producir reacciones irritantes o alérgicas. No obstante hay que tener en cuenta que los resultados no son milagrosos y los efectos acostumbran a desaparecer si se suspende el uso.

En nuestra web puedes encontrar varios tratamientos que a través de extractos de origen natural inhiben eficazmente la DHT al tiempo que le aportan al cabello elementos esenciales para fortalecerlo. Entre ellos podemos mencionar los serums de Monpure, Timeblock, Dr Barbara Sturm o la nueva línea energizante de Leonor Greyl.

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PD: Recuerda que na función importante del cabello es proteger el cuero cabelludo de la luz solar; Por lo tanto, es importante proteger del sol las zonas calvas del cuero cabelludo para evitar quemaduras solares y reducir las posibilidades de desarrollar daños solares a largo plazo. Por ello te recomendamos cubrir las zonas calvas con protección solar, un pañuelo o un sombrero si vas a estar expuesto a la luz solar.