Las bacterias, nos dice la ciencia, surgieron por primera vez en la Tierra hace al menos 3.850 millones de años, y su papel es vital para mantener el equilibrio entre nosotros y nuestro medio ambiente. Pero fue sólo recientemente, en la década de 1990 (J.J. Leyden, K.J. McGinley, K.M.Nordstrom, et al. Skin microflora, 1987) que conocimos las bacterias que viven en la superficie de la piel. Esas bacterias se llaman "microbiota cutánea" o "flora bacteriana cutánea".

 

¿Qué es la microbiota cutánea?

Nuestra piel, el órgano más extenso e importante de nuestro cuerpo es también un complejo sistema. ¿Conoces realmente su función principal?

La respuesta es simple: la piel nos protege del exterior. La piel forma un obstáculo entre nuestro cuerpo y el mundo que nos rodea. Esta función esencial está asegurada por la epidemis, la parte más superficial de la piel. En la superficie de la epidemis habitan millones de bacterias, hongos y virus que componen la microbiota cutánea. Similar nuestro intestino, la microbiota cutánea juega un papel primordial en la protección del cuerpo contra los agentes patógenos, el desarrollo de nuestro sistema inmunológico y una mejor descomposición de los productos naturales. (Scharschmidt, T. C. & Fischbach, M. A. What lives on our skin : ecology, genomics and therapeutic opportunities of the skin microbiome. Drug Discov. Today Dis. Mech. 10, e83–e89 2013).

La microbiota de cada persona es única: se adquiere al nacer y es tan personal como su ADN. Invisible a simple vista, la microbiota cutánea está colonizada por bacterias “buenas” que protegen al cuerpo contra los posibles peligros de las “malas” no deseadas (patógenos). Las bacterias buenas son los guardaespaldas de la piel. Además, también se comunican con las células del cuerpo para advertir de la invasión de esos patógenos, de modo que nuestro cuerpo pueda activar sus defensas naturales.

Podríamos decir que estas bacterias pueden ser:

  • Sensibles: pueden sentirse perturbadas por ciertos productos cosméticos (aquellos que contienen ingredientes agresivos para la piel).
  • Golosas: las bacterias aman el azúcar y los lípidos contenidos naturalmente en el sebo.
  • Posesivas: producen acidez (ácido láctico) para protegerse de otros microorganismos que quieran colonizar la piel, ¡ya que los posibles invasores prefieren un ambiente menos ácido!

 

MICROBIOMA CUTÁNEO: UN DELICADO EQUILIBRIO

Si bien la microbiota cutánea es muy resistente, también es frágil. El estilo de vida, la dieta, el entorno e incluso la genética contribuyen a preservar el equilibrio de la microbiota cutánea. Factores externos como la contaminación, el estrés, una higiene inadecuada, el baño excesivo, los tratamientos agresivos para el cuidado de la piel y la sobreexposición al sol o al frío pueden provocar desequilibrios y deshidratación, comprometiendo en última instancia las defensas naturales de la piel.

Los primeros efectos perceptibles de una microbiota cutánea comprometida suelen incluir una mayor sensibilidad a los factores externos y un desequilibrio que hace que la piel esté más sujeta a reacciones inflamatorias (hinchazón, picor, descamación) y enrojecimiento.

 

CUIDANDO LA MICROBIOTA CUTÁNEA

Garantizar un equilibrio óptimo para la microbiota de la piel mediante la promoción de la diversidad bacteriana de la piel es esencial para el mantenimiento óptimo de la función de barrera de la piel. Puede ser muy sencillo y es similar a tomar probióticos o comer alimentos fermentados para equilibrar la flora bacteriana intestinal.

En primer lugar, es importante asegurarse de que tu dieta sea rica en omegas integrando alimentos como nueces, semillas y pescados azules. Luego, cuando se trata de cuidado e higiene de la piel, es fundamental evitar ingredientes agresivos que puedan dañar las bacterias buenas presentes en la superficie de la piel (por ejemplo, conservantes, emulsionantes químicos o tensioactivos agresivos). También se recomienda evitar el agua muy caliente al ducharse o limpiar el rostro, para no alterar el ecosistema de la microbiota cutánea.

Al elegir el cuidado de la piel adecuado, es importante asegurarse de que contenga ingredientes activos específicos que:

  1. Preserven la microbiota cutánea de las agresiones externas y
  2. Mantengan y restauren la barrera cutánea.

 

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